Después de unos 10 días aproximadamente, si el paciente ha evolucionado favorablemente, el especialista retira la sutura. Es entonces cuando comienza el proceso de biointegración que consiste en la fijación definitiva del implante en el hueso. Este proceso, según el paciente, puede durar entre tres y cuatro meses, todo dependerá de la estructura ósea que tenga la persona.
Si su hueso maxilar se encuentra en buen estado, el proceso durará tres meses aproximadamente, pero si el hueso no tiene la solidez requerida o, en casos extremos, hay una ausencia total de hueso, quizá sea necesario aplicar alguna técnica de regeneración ósea o injertar una parte de hueso. En ese caso, el proceso podría alargarse seis meses o más.